Bueno, me ha costado una semana ponerme a escribir las anécdotas del torneo pero al fin lo he conseguido (si no me duermo en el tren de vuelta a Cesena) y es que hoy hemos vuelto a Reggio Emilia, que querían que jugara con el segundo equipo y hemos jugado tres partidos, no ha sido exagerado porque como aquí en hockey sala solo pueden jugar dos extranjeros (y solo puede haber uno a la vez en el campo) y había venido Ryan, pues nos hemos repartido el tiempo y jugábamos diez minutos de cada parte cada uno, pero aún así ha estado bien, he metido un golito en cada partido, además de dar bastantes asistencias, hemos ganado los tres partidos, así que fantástico, solo ha faltado la comida, que hoy no había porque hemos terminado después de la hora de cierre de los restaurantes así que estoy volviendo a casa muerto de hambre, pero bueno, así me acerco a la enoteca que me recomendó Andrew a hacer un hermoso aperitivo, a ver si me acuerdo y cuando me apunte el nombre del vino me apunto también el del sitio, y me hago una botellita de vino bueno, que está bien de precio. No sé si os lo he contado, pero aquí los aperitivos no es la cerveza de antes de comer, sino lo que se toma a la hora de la cena, se va a los sitios que los organizan, tú pagas la bebida y en unos te ponen comida para acompañar y en otros tienen fuentes grandes y tú vas cogiendo lo que quieras, es una buena manera de pasar la tarde, lo único que los aperitivos empiezan a las 6, así que tienes que organizarte un poco porque al menos yo sigo peleado con los horarios de aquí (no creo que llegue a acostumbrarme en un año).

Pues el fin de semana pasado mi club organizó un torneo de hockey sala, ya hemos acabado la hierba y ahora para tomar contacto organizamos esto (yo jugaba en principio con el primer equipo (jugué un partido cada día con ellos) pero como un equipo no se presentó organizaron el “Bologna United” que era un equipo de extranjeros, para que jugásemos más, y estuvo bien, lo único que no me gustaba era que como era un equipo hecho de retales era el que mejor jugaba, y luego la gente venía a felicitarme por lo bien que juego, cosa que no es cierta, pero dado que el nivel del torneo no era alto pues podía parecerlo. El éxtasis llegó el cuarto partido del sábado, que jugábamos casi a las 8 de la tarde, después de todo el día allí, y después de haberme bebido 8 cervezas, que como habíamos tenido tiempo entre los dos últimos partidos nos había dado tiempo a remojar el buche, así que allí nos dirigimos, borrachos, intentando hacer algo, cosa que no fue posible, pero fue muy divertido, luego cenamos en el pabellón, un cerdo entero al horno para todos (éramos 10 equipos de chicos y 5 de chicas, aunque no nos quedamos todos a cenar) y el toque divertido fue que después de cenar estaba sentado en un banco y me dormí allí sentado en medio del bullicio (me despertó un tenedor de plástico al chocar con mi cabeza y las risas de mis compañeros de equipo). Y tras la cena fuimos al gimnasio del mismo polideportivo que habían apartado las máquinas y la fiesta era allí. Fue gracioso, porque estaba con Cliff y con Rambo bebiendo una cerveza y me dijo Andrea (Rambo) que mal iba si estaba en una fiesta con dos tíos de unos 40 años, que yo lo que tenía que hacer es estar con las mujeres. Justo tras este comentario llega un argentino de otro equipo y me dice que tenía una chica para mi, que ha hablado con una chica a la que le encantan los españoles y que me fuese con él, normalmente no me convencería una proposición así a ciegas pero dado que estaba solo en la fiesta pues me fui con ellos, la chica se presentó (no recuerdo como se llama), me dio media de su cerveza (no sé porque llevaba dos vasos en la mano) y no me hizo ni caso a lo que yo seguí en mi mundo deambulando por la fiesta, la siguiente parada fue con el equipo femenino, que me paré a su lado y una de ellas (creo que se llama Georgina, pero no estoy seguro) me preguntó si yo era Luis y que ella era tal (podría llamarse de cualquier otra forma) y tras ella me presenté a Vanya (holandesa) y empezamos a hablar, estuvimos hablando toda la noche, creo que mi dolor de garganta de toda la semana ha sido en parte por eso, y nada, allí estuvimos… y diréis: “y toda esta historia para nada”, pero así es, lo único que quiere venir la semana que viene a que le enseñe Cesena, así que no sé, realmente no me apetece demasiado, pero todo sea por fomentar las relaciones interculturales…

Lo chungo es que en el equipo Tommy ha pasado de meterse conmigo diciéndome marica (porque vio la foto en que me daba un beso con Dani) a cachondearse diciéndome que donde me he dejado a mi holandesa, sin duda prefiero esto último, pero como veis , el meterse (de buen rollo) con la gente es algo casi obligatorio. Al final para dormir nos tiramos en las colchonetas que había en el pabellón, que había un montón porque tienen un rocódromo enorme y allí dormimos unas horas hasta el primer partido de la mañana, jugamos 4 partidos más y se acabó el torneo.

Hagamos un break para comentar que hay un gordo en la fila de asientos de al lado que habla solo y me está dando un poco de miedo, las sensaciones van cambiando, antes era un poco de asco, el tío va con una chaqueta de tweed y corbata, con barba y pelo corto, gafas y zapatos, alianza y reloj  digital de hacer deporte (extraña combinación). Pues saca una bolsa y se ñampa un bocata de salchichas (yo diría que con ketchup) que él solo tiene más calorías que todo lo que he comido yo hoy, lo remoja con una Coca Cola y cuando acaba de acompañamiento se mete para el cuerpo una bolsa de patatas fritas, son cosas que a mi me gustan, pero cuando estás así es para pensarlo, o que alguien le dijera: “Tío, si sigues comiendo así te va a dar un ataque al corazón por el colesterol y te vas a morir”. Siento ser así de cruel, pero eso, unido a la forma asquerosa que tenía de comer y a que de vez en cuando se sorbe los mocos… Agggggggggghhhhh… también habría que decirle que los hombres con chaqueta y corbata no se deben sorber los mocos (o que si lo hacen no es necesario que desde la otra punta del vagón se les oiga).

Y hecho el inciso para contar esta experiencia inspiradora haré un breve resumen de la semana, que se reduce a unas pocas lecciones sin importancia y a la fiesta de arquitectura el martes en el Verdi y a salir el viernes a cenar y a tomar unas cervezas (el jueves juraría que hice algo, pero no lo recuerdo).

La fiesta de arquitectura estuvo bien, hay que decir que ni uno solo de nuestros simpáticos compañeros de clase nos dirigió un saludo (debemos estar apestados los españoles). La verdad es que debería haberme quedado en casa, porque con el dolor de garganta que me entró tras la “serata” del sábado, y que me estaba empezando a constipar, tras la fiesta me metí en la cama y tuve que pasar todo el miércoles agonizando en casa, ah, se me olvidaba el detalle de que el lunes se me movió un poco una muela del juicio y eso se unió al conjunto haciéndome querer (por primea vez desde que estoy aquí) estar en mi cama y que mi mamá me subiera un plato de sopita caliente, iba a decir por segunda vez, pero la anterior fue la primera noche que ya os conté (creo) que me sentía muy solo, pero ahí no quería volverme a casa, pero bueno, un día perdido, pero que me sentó bien y gracias a él, y a unas Couldinas y Neburofrenes, la enfermedad no ha llegado a cuajar, toquemos madera porque hoy cuando salía de casa a coger el tren iba en mi bici y pensaba: “joder, que frío que hace” y cuando he visto un termómetro marcaba un grado, después de eso en el aparcamiento los coches estaban con una hermosa capa de hielo que los cubría, así que con este frío cualquiera se pone enfermo. Y eso, fue una buena fiesta pero con poco para contar, el viernes si fue mejor, que me fui con Rosi a cenar a “Gianni’s” y luego al Sinatra a tomar unas birras con Jorge, Dani y Nuria. Es la primera vez que voy a un restaurante aquí, pero como el martes me llegó el pago de la beca pues dije: vamos a tirar la casa por la ventana, y nos fuimos para allá, una botella de vino después y dos litros de cerveza tuve que pedirle a Rosi que me dejara dormir en su casa porque a la mía no llegaba, y en su cama morí, y digo morí porque caí en ella, la habitación daba vueltas (cosa que no me había pasado desde la fiesta de despedida en España) y no me enteré de nada hasta que me desperté, Rosi me dijo al día siguiente que ella había vomitado dos veces (yo no me había enterado) y tampoco sé como ni cuando se metió en la cama ella ni la hora que era, vamos, una borrachera en toda regla, y eso que no bebí tanto, lo achacaré a que como nos cerraban el restaurante nos bebimos la botella de vino del tirón. Y poco más, fue divertido, (Dios, el gordo está hablando ultrarrápido por teléfono [en italiano] y no le entiendo nada y ahora sigue hablando solo). Pues que estuvo bien porque en el Sinatra pusieron “Somebody told me” de The Killers que no sé porqué me apetecía escuchar, la pizza de “Gianni’s estaba buena y no sé, me lo pasé bien. Me supo mal que el sábado por la mañana como era fiesta habían puesto un entrenamiento y creo que no escribí para decir que no vinieran a recogerme a la estación hasta una después de la hora de recogerme, digo creo porque no tengo mensajes enviados al respecto, pero tampoco tengo ninguna llamada preguntándome que donde estoy, así que no sé que pasó, es lo que tiene la resaca, pero hoy no me han dicho nada, así que no debió de haber problema, hoy con mis partidos me he resarcido del percance de ayer. Acabo ya que llega el tren a Cesena.

Besos.

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