Tras la primera fiesta
17:25 | Author: Kaiser
Buenas a todos,
Tras una semana por tierras italianas dispongo, por fin, de una hora para poder contaros cuantas cosas han pasado a lo largo de estos siete días, que no han sido pocas, ni todas hermosas. Y digo una hora porque a las 6 y 15 parte mi tren para Bologna para entrenar y preparar mi primer partido como jugador de hockey de la liga italiana, me voy a perder una gran fiesta esta noche, pero la de ayer compensa, así que mañana a Torino, a jugar contra el Bra.

Pero empiezo por el principio, y es que odio los trenes italianos, el avión llegó bien a Bérgamo y de allí en tren a Milano también, no me acordaba de lo grande que era la estación de Milán, o quizá es que ir con una mochila es mucho más cómodo que con dos maletas y ya empecé a notar el caos de las tierras italianas. Y de ahí me subí al tren dirección Cesena, las horas pasaban y a cada estación que llegábamos anunciaban que nuestro retraso era cada vez mayor, hasta que el premio vino en Bolonia, cuando el tren se detuvo y nos avisaron (solo en italiano, claro está) de que el tren tenía un problema e íbamos a estar detenidos por tiempo indeterminado, BIEN!!!! Luego nos enteramos de que dos vagones estaban rotos y que no sabían cuanto tiempo iban a tardar en arreglarlos o quitarlos, pero bueno, al final el retraso fue de hora y cuarto, lo que dado como funcionan las cosas aquí no es demasiado. Por suerte iba en el tren con mi portátil estudiando un curso de Italiano (Gracias Mire) y tenía una mujer muy maja al lado que se puso a ayudarme, y luego resultó que iba al mismo pueblo que yo con lo que pude tener mi primera toma de contacto con el idioma local, luego tuve la cabeza como un bombo de escuchar italiano de Romagna rápido y raro por todos lados, pero eso era de esperar, lo que no me imaginaba es que aquí prácticamente nadie fuera a hablar inglés, lo que se convierte en un piccolo problema, pero ya voy aprendiendo algo.

A la estación vino a recogerme Luis (en bicicleta), el chico que me ha ayudado con el alojamiento, y con tantas otras cosas aquí, la verdad es que tengo mucho que agradecerle y sólo llevo una semana, no me quiero imaginar cuando acabe el año que pasará. Pues llegamos al hotel, salimos a tomar algo y a la una me recogí porque estaba hecho polvo. El fin de semana fue tranquilo, fui conociendo a gente de aquí y fui tomando contacto con la ciudad. Lo peor fue cuando llegué al piso la primera noche que dormí allí, la casa en la que estoy viviendo temporalmente es fantástica, pero es una casa muy grande y durante casi toda la semana he estado allí solo, entonces llegar a un piso grande, en un país que no es el tuyo y donde no te entienden, solo y sin conexión a Internet… me entró una angustia, que no sé, la verdad es que nunca me había sentido tan solo en mi vida como esa noche, pero bueno, los principios siempre son difíciles, pero no lo había comprobado nunca.
Y empezó la semana y con ella todo el lío de papeleo, organización y demás, la verdad es que aún me quedan cosas por hacer y me agobié bastante, el primer día no estaban en relaciones internacionales, luego como no tengo casa aún hacer todo está resultando un poco complicado, pero poco a poco va saliendo todo. De todas formas los agobios son varios, porque llevo una semana aquí y en cuanto pague la fianza del piso, el mes de octubre y la cuenta del banco me voy a quedar prácticamente sin dinero, y es que entre que aquí la vida es bastante cara y que al principio hay un montón de gastos extras no sé yo que voy a hacer a lo largo del mes que viene. La comida es carísima, y ahora que si comprar el teléfono italiano, champú, jabón, pasta de dientes y todo lo demás que no podía llevar en la maleta, un desastre la verdad. Además me he comprado una bici, a decir verdad aún no la he pagado, pero ya es mi bici. Se llama Conchi (como mi mamá) ese fue uno de los motivos de mi elección, tiene un millón de años y es una bici de paseo de mujer, pero es fantástica, ya me han dicho un par de veces que qué bici más “nice”, que tengo y si no fuera porque ya he roto el freno de delante y pinchado la rueda de detrás sería todo genial, pero bueno, el domingo cuando vuelva de jugar la arreglaré, y en cuanto la pinte un poco y la ponga a punto será una gran bicicleta, por ahora soy un desastre montando en bici, pero supongo que después de un año haciéndolo se me dará un poco mejor.
Del papeleo no voy a hablar porque si no voy a acabar enfadándome, basta decir, que: código fiscal, certificado de entrada en la universidad, cuenta del banco, alquiler del piso, etc muchas cosas y muy mal organizadas, y aún no he ido a hablar con la coordinadora de la universidad para ver que hago con las asignaturas de aquí, así que a ver que pasa.
La comida, quitando que es cara, bien. Ya me he hecho una bazofia de lentejas, un cocido (bueno) y una paella de pescado (que a la gente de la fiesta le gustó mucho) aunque no era muy allá, pero es raro. Estaba ayer haciendo el cocido, y es algo que en casa ya había hecho, pero aquí es diferente: Primero ir de aquí para allá buscando los ingredientes (en italiano) lo que no es fácil y luego el detalle de que aquí la comida ya no la haces porque tienes que hacerla un día concreto o porque te apetece, ya que si no haces tú la comida no te la hace nadie. Lo mismo pasa con la lavadora, he puesto ya dos. Y ayer me sentí mayor haciéndolo, al menos sé como se ponen (cosa que todos no pueden decirlo) pero aquí si no la pones tú, no llegan papá o mamá y la ponen así que esto empieza a ser ya como un simulacro de la vida real. De todas formas hoy estaba comiendo arroz caldoso del cocido de ayer y me sabía a gloria, y eso que nunca me ha gustado mucho comer las sobras, pero el hacer las cosas tú le otorga un valor añadido, además que estaba bueno, y como beneficio tengo en el congelador dos litros de caldo de cocido y uno de caldo de pescado con lo que ya casi tengo comida para toda la semana que viene.
En cuanto al equipo de hockey, me ofrecieron lo que les pedí y con ellos empecé el martes, el campo es un poco basura, y más ahora que en Sant Vicent tenemos nuestro nuevo y maravilloso campo, tienen uno de agua (sin agua) y uno de tierra (ambos con parches) a cada cual peor, pero supongo que todo será acostumbrarse, el martes la verdad me fui un poco decepcionado. Pegan unos palos horribles y técnicamente no son nada del otro mundo, pero son majos y seguro que en cuanto lleve un tiempo aquí también esto mejora. Quizá el problema fue porque el martes me dijeron que si podía venir ya que era la primera semana y les dije que sí, y a la vuelta me pasé 3 horas esperando el tren para hacer un trayecto de 55 minutos, con lo que llegué a casa, sin cenar y con un cabreo importante, pero el miércoles mejor, y hoy ya veremos, mañana tengo mi primer partido y aunque no tengo aún mi palo (juego con un TK fucsia) pues me voy adaptando.
Me despido ya que tengo que coger el tren, seguro se me han olvidado un millón de cosas que contar, como la fiesta de ayer, entre otras, pero ya os iré diciendo cosas. Poned algún comentario si queréis que explique algo, y si no en próximas entregas de esta historia trataré de poner las cosas que olvidé, y las nuevas.
Os echo de menos, y aunque no quiero volver a casa, si me gustaría poder abrazaros.
Ci vidiamo.
Jose
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